Historia de un día de San Valentín

Tan sólo éramos amigos, pero yo ya había empezado a cortejarla, era inevitable sentir la presencia en el aire de esa atmósfera romántica, sobre todo en horas de la noche. Las salidas entre varios amigos no era lo más adecuado, allí tres son multitud, y yo quería salir sólo con Mery. No recuerdo qué fue lo que pasó, sólo que ella estaba feliz y también yo al saber que nuestra amistad se había afianzado más. Parece que ella tenía que comprar algo en el mercado, ya era tarde, sólo eran como dos cuadras desde su casa al mercado, al estar allí, vimos los puestitos llenos de productos "sanvalentinianos", de esos que si estás misio te salvan la noche y hasta incluso podrían verse como un gran detalle, o si quieres quedar bien y no atocigar con los mismos costosos regalos (navidad, cumpleaños, etc.) puedes regalar. Ese 14 de febrero del 2009 en las afueras del mercadito de Naranjal, frente a su inocultable nerviosismo atrevidamente le regalé de manera espontánea, no prevista, el tan ansiado regalito de san valentin, no podía llevar el mensaje "te amo", es muy profundo, demasiado complicado para ser verdadero en una relación solo amical, pensaría que estuviera obsesionado. Tampoco el "te quiero" ya que se convertiría en una barrera invisible emocionalmente debastadora al presumir que sólo se tratase de una gran amistad y solamente eso y nada más; eso podría llevar a una decepción amorosa que motive en ella el deseo irrevocable de no abrir su corazón a los fuertes sentimientos que estaban por venir en breve. ¿Cuál sería la solución? Frases como "me muero por ti", "feliz día de San Valentín" e inclusive "gracias" eran otras ofertas. Finalmente y cual revelación celestial aparece ante mis ojos sobre el intenso y profundo rojo de un globo en forma de corazón las blancas palabras "I love you", ¡eso es! qué mejor que dejar libre el camino de la iterpretación litararia a los más íntimos sentimientos que albergaban en el corazón de mi chiquita. Podría ser "te amo" o "te quiero", la traducción quedaba al sentir de Mery. Al parecer aquella frase expresaba mejor lo que sentía en ese momento por ella.
Estaba muy nerviosa, no quiso recibirlo, tuvo que hacerlo, aquello solo era el inicio, era un detalle, no era nada, pero si ella sentía algo también entonces se convertiría en un gran detalle, en una fuerza que la dominaría en cierto modo, al grado de dar cabida en su interior a parte de él o de aquello que emanara de ese sublime y romántico momento entre amigos. No podía esocnder su emoción, tuvo que desinflarlo antes de entrar a casa, o mamá se pondría alerta al ver la señal de un inminente prenoviazgo.
Claro que este año fue diferente, ni tiempo tuvimos para nosotros mismos. El blog extrañando las clásicas frases romanticonas, era domingo, visitamos a su hermana, por carnaval casi nos mojan. Sin embargo en la capilla no pude dejar pasar la oportunidad de decirle lo mucho que la amo y de mostrarle el símbolo de nuestra futura unión eterna, que lo lleve siempre consigo es algo muy bonito. Y los chocolates, aún esperan en la nevera el ser devorados por dos inquietantes bocas que se gozan de endulzarce de a uno en uno.
Gracias Mery por ser mi novia...